Hablando de que Rosenzweig asume su pertenencia a una tradición judía, admitiendo que las ideas no se pueden desligar de la palabras -¡todo lo que pensamos lo pensamos hablando!¡en diálogos!¡en el tiempo!- y de como las palabras en esa tradición tienen realidad efectiva, instituyen ideas y realidades
-Santi... me quiero convertir al judaísmo.
-¡Dije lo mismo ayer mientras lo leía!-con lágrimas en los ojos-¡Son superiores!
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