24.3.12

Palabras de una pequeña gigante.

" Si hay algo de lo que estoy segura es que nunca paramos de aprender. Siempre surgen cosas nuevas que incorporar, siempre hay algo mas que saber.
Se trata del alivio que produce tartamudear. Se trata, con lágrimas en los ojos, de la liberación que genera mostrarse. De lo sano que puede ser lo que tanto luchamos por ocultar. Se trata, justamente, de ser. Ser ante todo, y ante todos.
Vivimos buscando algo que nos baje un poco la tensión, vivimos investigando cual será la pastilla magica que magicamente una las manos de nuestras palabras y oraciones. Buscando menos espacio entre las silabas. Porque queremos mas fluidez, porque buscamos ansiosamente lo que perdimos alguna vez: continuidad en los discursos. Y creemos con firmeza que eso nos va a completar. Nos va a hacer más felices.
Hubo un cambio a ultimo momento, hubo alguien o varias personas que se dignaron a encontrar lo que nadie veía. A decir lo que pocos pensaban. Y la realidad fue diferente.
La realidad es que ser mas fluidos no nos hace mejores ni mas felices; la realidad es que dejar de buscar la fluidez nos hace más fluidos. Dejar de luchar constantemente y soltar un poco, hace que las palabras salgan mejor.
Por otro lado, nos desesperamos por tapar cualquier repeticion. Tratamos de anticipar la tartamudez lo mas posible; intentamos sentir la tensión antes de que exista. Y no hablo de esa sensacion que tenemos cuando la tension está por aparecer. Hablo de vivir intentando ocultar. Vivimos intentando... intentar que? Si me permiten preguntar.
Intentar no ser? Si, justamente eso. Intentamos ocultarnos, intentamos ser lo que no somos. Intentamos mostrar tener la misma fluidez que todos. Intentamos, y nos desesperamos, por tenerla.
Nos obsesionamos, casi, con ser como todos.
Es demasiado desgastante estar cada segundo de nuestras vidas buscando sabanas que no dejen ver lo real. Que no dejen ver al otro lo que somos. Tal cual somos.
Es mucho mas facil mirar a alguien a los ojos y hablar. Como nos salga, como podamos. Sin importar la cantidad de bloqueos que tengamos. Sin importar cuanto tardemos en que la tension se vaya. Sin importar cuanto tarden esas tecnicas en hacer que desaparezca la tension. Sin importar nada, mas que nosotros y lo que queremos decir.
No hablo de hablar sin tener un control del habla. No hablo de tirar todo por la ventana y dejar de perseguir nuestras metas. Hablo de permitirnos tartamudear, y comprobar que puede ser tan aliviador como aplicar lo que nos enseño una fonoaudiologa.
Tartamudear, tan reparador como suavisar con los labios una consonante. Tan util como alargar las frases. Porque en ambos casos se logra lo mismo: la tensión desaparece, o disminuye casi en su totalidad.
No nos permitimos tartamudear. Y lo estamos haciendo sin ser concientes que la respuesta está adelante de nuestros ojos. Sin ser concientes que dejar que los bloqueos se escuchen, y que las repeticiones salgan a la luz, puede tener el mismo efecto que volver a empezar una frase. Que repetir una silaba. O alargar las vocales de una palabra, donde la tensión intervino y no nos dejo continuar.
No somos concientes de lo que realmente ayuda. No nos permitimos explorar lo que tenemos enfrente.
No nos permitimos mostrarnos, y pagamos un costo caro por eso.
Ttartamudear también cuenta. Tambíén está en la lista de opciones.
Tambien alivia, y de eso no hay dudas."

Sol
www.pequeniagiganteweb.blogspot.com 

1 comentario:

  1. Coincido con esta pequeña gigante.
    Creo que aveces dejando fluir ciertas situaciones vamos a sentirnos mucho más livianos.

    Besos Vicky.

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