17.8.12

Aventuras en el Sarmiento

Desde el medio del vagón con auriculares al máximo, no podía tapar los gritos de unas pibitas bastante ruidosas cerca de la puerta. Mi sentimiento de hastio era compartido con toda la gente a mi alrededor, cosa escrita en sus caras de exasperación. Casi se podía escuchar el grito mental de todo el vagón: "Por favor, cállense. Por favor, bajen en la próxima estación. Por favor, tírense por la ventana."
-¿Adonde se bajan?-Alguien finalmente les hizo la pregunta que todos queríamos saber.
-¡En Moreno! Jajajaja, ¡Nos van a tener que aguantar todo el viaje!
El señor que tenía a un lado bufó agonizante.
La señora que tenía al otro lado me miró con una sonrisa amarga.
-Qué mal-Le dije.
En Liniers, estación particularmente concurrida en la que uno abandona toda esperanza de viajar con el mínimo de aire indispensable, subió junto con la marea de gente un vendedor con una caja sobre su cabeza. ¿Realmente, hay necesidad de vender algo en el quetren como a las nueve y pico de la noche? A mi no me parece. La canción que estaba escuchando por el auricular (en realidad uno no anda) dejó de ser audible.
- Perrrrrrrrrrrrrrrrrrmiso, perrrrrrrrrrrrrrmiso, perrrrrrrrrrrmiso. Señoras y señores, no les quiero ocasionar ninguna molestia...
¡Pero por supuesto que no!
...vengo a ofrecerles lo que no creí poder ofrecer más. Una oportunidad única. En estos días lluviosos, fríos, después de toda una semana de lluvia, Quién no se deja tentar... ¿Quién no quiere un chocolate?
Blablabla. Siguió gritando su monólogo a todo pulmón, y luego interactuó con una de las pseudosimios que dijo que prefería el Milka al Georgalos que estaba vendiendo.
Finalmente se rindió.
-Bueno señores, ¿Quieren que les diga la verdad? Para qué les voy a mentir si somos todos amigos... ¡En realidad robamos esto de un camión hoy a la mañana y tiene que desaparecer ahora!¿Quién me puede ayudar?¡Solo dos pesos!
Incrédula ví que el señor que estaba al lado mío, el que no dejaba de poner caras de malhumor desde que salimos de Once, el que había farullado un par de veces durante el viaje: "Esto es un desastre", "Ya son las nueve y cuarto y recién estamos en Villa Luro", ese señor nominado a la cara de orto con más sentimiento, se había compadecido del vendedor de chocolates que osaba romper las pelotas en un tren donde no entraba una mosca y confesar ser un chorro para apelar a la generosidad de la gente.

Realmente es todo muy loco.

12.8.12

Favorita escena de todos los tiempos.

Hace un par de días venía hablando conmigo mismo en mi cabeza durante una de mis caminatas rutinarias. No me acuerdo cual era el problema principal, pero me llevó a preguntarme por la definición de amor. Intenté encontrar una respuesta medianamente satisfactoria por unas cuadras, pero me rendí relativamente rápido: Me quedaba muy grande la pregunta.
Sin embargo después de un día especialmente espiritual, llegando a casa a las dos y media de la mañana después de una gran charla con una amiga, me encontré otra vez con la pregunta en el muro de una compañera filosofa, que me preguntaba amable mi opinión.
Suspiré antes de empezar a teclear una respuesta, con miedo al rídiculo. Después de encontrar las palabras, expresé como pude la inmensidad del amor, el motor del mundo, el acto del salir de uno mismo y encontrarse en el otro... Nada que se acerque demasiado a esa realidad tan colorida. Me queda muy grande.

Pero cuando me preguntan por el amor para mí, en mi mente empieza a resonar la única escena de Moulan Rouge que me sé de memoria y es causa del título que encabeza este blog desde hace ya años (Wou). Es que soy una romántica empedernida. Usemos una metáfora cursi: Soy, o por lo menos quiero ser, una cazadora de la Verdad enamorada de su vehículo.
Por eso cuando Thoreau dice "Más que blablabla y amor dame Verdad" mi cabeza resonga espantada. No hay Verdad sin Amor, sin el motor a dejarnos atrás y encontrarnos en ese abandono a la Verdad.

Love is like oxygen, lifts us up where we belong, all you need is love!


Ejemplo de conversación delirante, o por el contrario muy cuerda, con mi viejo


Victoria: Tenés que levantarte en tres tiempos. Hace "OHHHHMMMMM".
Papá: ¿Tengo que hacer "OHMMM"?
Victoria: Y sí. Así te unís con el Universo, sos Uno.
Papá: No quiero ser uno con el Universo. Odio al Universo.
Victoria: ¡El Universo es el Cosmos!
Papá: Odio el Cosmos. Quiero matar al Cosmos. Bum.
Victoria: ¡El Logos!
Papá: Quiero matar al Logos. Bum.
Victoria: ¡Pero el Logos es Jesús!
Papá: Y bueno, lo mato también. Si total ya lo maté tantas veces... Todos lo matamos.
Victoria: Es cierto.
Papá: Sos contrera, pero ¿Sabés qué? Te dejo porque yo también era contrera. Y así me fue, como el culo.
Victoria: No te fue como el culo. Fuiste y sos muy feliz, ¿O no?
Papá: Eh...
Victoria: ¿Qué es la felicidad, no? Aristóteles diría que poner en acto nuestras potencias. Y la mejor potencia que tiene el hombre es el Amor, ¿O no?. Y vos me querés mucho ¿O no?
Papá: Fui feliz, pero también me fue como el culo. Y me olvidaba, lo mejor que hice en la vida fue tenerlas a ustedes. ¡Pero me vuelven loco!
Victoria: ¿Qué es la locura, no?
Papá: ¡Vos sos la locura!¡Estás loca!


De algún lado lo habré sacado.

11.8.12

Canciones de misa

Una vez le dije a una amiga atea "Wau, las canciones de misa son increíbles". Disimuló su escepticismo para comentarme educadamente: "Eso es la acústica".
Así como ella no cree en Dios, yo definitivamente no creo que sea la acústica. Ninguna acústica tiene que ver con las letras esas que hablan de cosas que uno a veces todavía no llegó a poner en palabras. He visto muchos no-creyentes cantarlas bien fuerte. Aparecen en mi celular mezcladas entre Pink Floyd y Hugh Laurie, y a veces tengo que pasarlas de largo para no ponerme a llorar en la calle. 
Si las buenas canciones te llenan la vida y el alma, cómo no van a hacer eso las cancioncitas de misa. Hablan del Amor en toda su inmensidad. 
Mi favorita de todos los tiempos es "Cara a cara." (Solo déjame mirarte cara a caraaaaaa y perderme como un niño en tu miradaaaaaa y que pase mucho tiempo y que nadie diga nadaaa, porque estoy mirando al Maestro cara a cara. Que se ahogue mi recuerdo en tu mirada, quiero amarte en silencio y sin palabraaaaaas. CUANDO CAIGA ANTE TUS PLANTAS DE RODILLAS, DÉJAME LLORAR PEGADO A TUS HERIDAS! DERROTADO Y DESDE EL SUELO, TEMBLOROSO Y SIN ALIENTO, AUN TE SEGUIRÉ MIRANDO MI MAESTRO! Y QUE PASE MUCHO TIEMPO, Y QUE NADIE ME LO IMPIDA, QUE ESPERADO ESTE MOMENTO TODA MI VIDA)
La escuché muchísimas veces a lo largo de todos estos años en relación activa con Jesús, pero no se por qué justo hoy, mientras sonaba en la capilla del colegio me acordé de haberla escuchado una vez en particular. 
Recién empezaba de verdad mi camino en la Fe, era joven e inexperta... Tres años atrás. Me habían prohibido terminantemente ir a la misa en la cual mis compañeros se confirmaban. Estoy bastante convencida que Dios acomodó un par de sucesos para regalarme unos minutos, aparecer unos segundos en la celebración tan importante para mis pares, los que caminaban conmigo, y fueron unos segundos muy bien vividos. Sonaba "Cara a cara" mientras veía caras sorprendidas, abrazaba a las personas que tenía a mano y estaba con todo el corazón, alma y cuerpo en el lugar que tenía que estar.
Cuanto más crezco en la Fe, más me convenzo que estoy donde tengo que estar. Siempre. Ni adelante, ni atrás. 
¡Qué regalo es tener esa convicción cuando estás más perdido que turco en la neblina! Lo bueno de patinar afuera del camino es poder estar en lugares no planeados por nosotros. Lo bueno de estar perdido, es que no importa para donde arranques, vas a caminar para algún lado donde algo va a haber. Algo que no podrías encontrar sin primero perderte. 
No estoy pasando un muy buen momento, pero está sensación 2.0 de dejarme en las manos de Él sin pedirle nada a cambio, el entender que Dios entiende mejor de bien y mal que uno mismo. El saber internamente que quizás me vaya como el orto, pero a pesar de eso todo va a estar bien, es una luz que brilla en personas concretas a mi alrededor que simplemente me quieren. 


LOVE LIFTS US UP WHERE WE BELONG.