27.8.14

Un momento



¿Quién soy yo? ¿el sí, el no, su reconciliación?
Somos viajeros enloquecidos,
si al final el sol saldrá y se llevará
todas las lágrimas de amor

Los árboles verdes son, 
el cielo es azul,
el universo mira
de qué color eres tú. 

Todo lo que me hacía falta para abrazar mi incertidumbre era, en una noche fría, un escaloncito de alguna esquina de Buenos Aires, una canción filoflashera, un chocolate, una gran frazada y una amiga enorme.

Y segundos después el guardia del edificio puso fin a mi abrazo, reclamando nuestra retirada, acusándonos implícitamente de pseudo-linyeras.


20.8.14

En clase de Filosofía Contemporanea

Hablando de que Rosenzweig asume su pertenencia a una tradición judía, admitiendo que las ideas no se pueden desligar de la palabras -¡todo lo que pensamos lo pensamos hablando!¡en diálogos!¡en el tiempo!- y de como las palabras en esa tradición tienen realidad efectiva, instituyen ideas y realidades

-Santi... me quiero convertir al judaísmo.
-¡Dije lo mismo ayer mientras lo leía!-con lágrimas en los ojos-¡Son superiores!

Un Dios que baja de la montaña

"Con justicia se han desmoronado los templos de los dioses; con justicia se guardan en museos sus estatuas; su culto, hasta donde fue ordenado y reglado, debió de haber sido un monstruoso desatino, pero la jaculatoria que se elevó a ellos desde pechos torturados y las lágrimas que el padre cartaginés vertió cuando ofreció a su hijo en sacrificio a Moloch, no pueden no haber sido vistas, no haber sido escuchadas. ¿O acaso Dios tendría que haber estado esperando sentado sobre el Sinaí o incluso sobre el Gólgota? No, así como del Sinaí o del Gólgota no parten caminos sobre los cuales con seguridad Dios pueda ser alcanzado, así tampoco Él puede haberse negado a salir al encuentro de aquel que lo buscó sobre los caminos e herradura en torno del Olímpo. Ninguno de los templos construidos está tan cerca de Dios como para que el hombre puede confiarse de esta cercanía, ni ninguno está tan lejos como para que su brazo no pueda extenderse con facilidad hasta allí; ninguna dirección desde la cual Él no pueda venir, sí, ninguna dirección desde la cual Él no pueda venir, ninguna desde la cual debiera necesariamente venir, ningún tronco caído en el que Él alguna vez no haya fijado morada, y ningún Salmo de David que no llegue siempre a sus oídos"

Franz Rosenzweig

El sol compartiéndose generosamente en la capilla del Máximo

13.8.14

Una fe que se banca los trapos del sinsentido

Hoy escuché por ahí algo parecido a esta cosa: "Para el hombre creyente resulta muy lejana la vivencia del sinsentido. La fe vuelve a la casualidad causalidad, es luz que nos previene de ese mar de oscuridad".
¡Qué reverenda paparruchada!
Caminando por la vida, me encontré un puñado de personas que me hablaron del ateísmo como una decisión deliberada para no hacerse responsable de una vida bajo la mirada demandante de una naturaleza superior. Como si simplemente la persona no-creyente estuviera embebida en el imaginario social de una sociedad ateizadora, y eligiera libremente la no-creencia.
Siempre creí tener buenas razones para creer. Las mejores son las menos racionalizables: El abrazo fuerte de una amiga en un momento terriblemente necesario, una repentina combinación de luz y viento en mi cara, la mano de un desconocido temblando de emoción entre las mías, y el encuentro con una Persona que ilumina todos mis días.
Pero también pude considerar desde temprano una igualmente larga lista de "sinrazones" para no hacerlo. La búsqueda de una respuesta propia y la rebeldía frente a lo establecido me parecen más valientes que colgarse una cadenita religiosa por facha, rezar cada domingo en misa por los que sufren de la mano de un ser querido, llegar a casa y pensar "¡qué horror!" frente al crimen mounstruoso que están pasando en el noticiero, mientras se come una pizza y se ríe con algunos amigos. Una pequeña voz en nuestra cabeza amaga a explicarnos que hay muchas cosas que no tienen explicación... pero no le damos mucha bola.
Todos lo hacemos. Un poco por lo menos. Pareciera que tenemos que darle la espalda a ese abismo de oscuridad para hacer felices. Entonces la mayoría del tiempo pensamos en nuestras carreras, laburos y eventos sociales. Cada tanto algún medio de comunicación se deleita dándonos una noticia particularmente sangrienta. Quizás lo comentemos con alguien y pensemos que esas cosas no pueden seguir pasando... Pero que pasan. Y nosotros también pasamos, pero por al lado, muy cerca y muy lejos del nene muy flaquito al que mandan a pedir monedas en el tren, del cartel de la chica desaparecida que aparece en algunos postes de la estación, de las noticias de la guerra en Islam.
Pero alejándose un poco de la mediocridad común de esta época a veces muy tibia, hay otros dos tipos de personas -con infinita cantidad de grados intermedios- que eligen no hacerse los boludos frente a la pregunta por el mal, por la casualidad nefasta, por todo lo que no podemos entender o racionalizar.
Por un lado están los ateos que se le animaron a esta cosa muy poco confortable de la vida. Que buscan su respuesta negando toda otra respuesta. Que reconocen que hay cosas que en este mundo son una mierda. Y por supuesto que es un panorama bastante triste y desolador el suyo. Pero la fe no se contrapone a esa desolación.
Este es el tercer camino, la fe que abraza ese abismo. ¡El Dios del cristianismo muere en la cruz! ¿Cómo la religión del crucificado puede ignorar eso?
¡Entonces si qué podemos como creyentes entender al filósofo bigotudo que se enfrenta al cadáver de Dios, al horizonte borrado, a un planeta fuera de órbita! ¡Nadie está tan lejos del sinsentido!
Creo que una fe más auténtica mira al miedo a los ojos, y se agranda con la oscuridad. Necesitamos personas portadoras de este tipo de fe, una fe que se banque los trapos del sinsentido. Una fe que asuma el dramatismo de la vida y todas las tormentas, una fe que no sea un salvavidas, que no busque explicar y controlar al dolor, sino acompañarlo, resignificarlo, pero viviendolo, sufriendo en carne propia todas las injusticas del mundo. Una fe que sea el fundamento de la vida, el pilar para crecer y elegir el Bien cada día. Una fe que nos saca de la cama los días de lluvia, que nos pide que nos entreguemos a los demás, ¡pero a los demás en concreto!¡A cada persona que, podemos creer, vale todo el mundo! Una fe humilde que nos permita asumir el lugar que nos toca en este mundo y disfrutar todo lo bueno que tenemos para a su vez ofrecerlo. Una fe que se pregunte "¿Y si no?¿Qué?" y que, animada por pequeñas respuestas resplandecientes, se anime a dar el salto al otro lado del abismo negro, sabiéndose siempre pobre y pequeña, y también movida eternamente por el Misterio que se muestra por delante y por detrás, en luz y oscuridad.


"Hay que amar a Dios como si no existiera"
-Simone Weil

"La confianza y la seguridad se llevan a las patadas"
-Lucho S.J


Incaminables

"Tenemos caminos dentro de nosotros mismos que nadie jamás conocerá"

- Rumi

Estación de tren de Ituzaingó, masomenos a las 8 de la mañana

11.8.14

Con Beto en el recreo de psicología

- Mirá, la típica de Freud, la que escuchás en cualquier homilía, es que una adultez plena se trata de amar y trabajar. Esas dos cosas son las que hay que hacer en la vida.
- Uf, ¡estoy al horno! Qué difícil. ¡Qué poco que trabajo!¡qué mal que sé amar!
- Vicky, ¡así estamos todos!


7.8.14

Keane- You are young


Fearful child have faith in brighter days
Stay home 'til this darkness fades away
Lie still beside me
I'll hold you now, I'll hold you forever

Winter's hand will freeze your heart again
Doors will close, no time to start again
Nothing is given
Except the ties that hold us together

Lay down your load
Cause every day it's gonna grow
And bask in the sunshine
Try to pay no mind
Try to pay no mind at all

To all the things that you don't know
You've got time to realize you're shielded by the hands of love
Cause you are young

Fading light may make a fool of me
Courage fails, strengths slip away from me
Lie still beside me
And hold me now, and hold me forever

Lay down your load
Cause every day it's gonna grow
These days are sacred
Hey now, don't be scared
Baby, don't be scared at all

Of all the things that you don't know
You've got time to realize you're shielded by the hands of love
Cause you are young
You've got time, you've got to try
To bring some good into this world
Cause you are young
Cause you are young



-A veces yo le canto a Dios, a veces me canta Él-

4.8.14

¿Por qué me hago un té con mucho limón y me siento enfrente del monitor?

¿Por qué miro con desdén las últimas cosas que compartí y me asqueo un poco de algunas etiquetas, pero en vez de huir despavorida del espectáculo de mi inmadura interioridad desde siempre apresuradamente exteriorizada, vagabundeo un poco por la página, le cambio la imagen de fondo -intrépida de mí-, pongo un título muy diferente al de mi canción preferida -que encabezaba esto desde su más tierna infancia, allá por 2010-, y pienso mientras escribo alguna dirección nueva, no preocupándome tanto por su originalidad, o por su capacidad de reflejar el espíritu de estos escritos, sino más bien aterrorizada ante la idea de que alguna persona no se haya despistado ante el cambio precedente y pueda reconocerme? -Si vos Joaquin estás leyendo esto, es probable que mis maniobras evasivas no hayan funcionado. Pero estoy tranquila porque, aunque sé muy poco de tecnología, creo que esta es una área en la que elegantemente te paso el trapo-.
Soy muy insegura. 
Soy muy enredada.
Soy implacable y exageradamente tenaz en mi poca constancia.
Pero sin embargo... 
Quiero publicar mis palabras.
Y no es que me esté resultando muy fácil, hace más de medio año -por lo menos, me da fiaca pensar si más- que no publico nada, y aunque mi estilo sea muy personal, esto no puede parecerse mucho a mi diarito espiritual, verborrágico y desvergonzado. Si bien siempre termino dejando a mi pudorosa alma un poco en bolas, pretendo en este espacio ofrecer una versión más estética y refinada de mi búsqueda impulsora. 
Porque es eso lo que intento también por otros medios y lo que en este momento logra enfriar a mi tecito: me muero de ganas de compartir mi búsqueda.
Porque sé que mis palabras son atolondradas, a veces superficiales, mis análisis vagos y subjetivos y que tengo los cables cruzados. Pero también sé que lo único que tengo es mi Pregunta, y quiero compartirla.
Porque soy la única persona en todo la tierra que está adentro de mis zapatos -mejor dicho de mis medias, nunca me pongo zapatos-, y desde mis ojos se ve todo un universo.