4.8.14

¿Por qué me hago un té con mucho limón y me siento enfrente del monitor?

¿Por qué miro con desdén las últimas cosas que compartí y me asqueo un poco de algunas etiquetas, pero en vez de huir despavorida del espectáculo de mi inmadura interioridad desde siempre apresuradamente exteriorizada, vagabundeo un poco por la página, le cambio la imagen de fondo -intrépida de mí-, pongo un título muy diferente al de mi canción preferida -que encabezaba esto desde su más tierna infancia, allá por 2010-, y pienso mientras escribo alguna dirección nueva, no preocupándome tanto por su originalidad, o por su capacidad de reflejar el espíritu de estos escritos, sino más bien aterrorizada ante la idea de que alguna persona no se haya despistado ante el cambio precedente y pueda reconocerme? -Si vos Joaquin estás leyendo esto, es probable que mis maniobras evasivas no hayan funcionado. Pero estoy tranquila porque, aunque sé muy poco de tecnología, creo que esta es una área en la que elegantemente te paso el trapo-.
Soy muy insegura. 
Soy muy enredada.
Soy implacable y exageradamente tenaz en mi poca constancia.
Pero sin embargo... 
Quiero publicar mis palabras.
Y no es que me esté resultando muy fácil, hace más de medio año -por lo menos, me da fiaca pensar si más- que no publico nada, y aunque mi estilo sea muy personal, esto no puede parecerse mucho a mi diarito espiritual, verborrágico y desvergonzado. Si bien siempre termino dejando a mi pudorosa alma un poco en bolas, pretendo en este espacio ofrecer una versión más estética y refinada de mi búsqueda impulsora. 
Porque es eso lo que intento también por otros medios y lo que en este momento logra enfriar a mi tecito: me muero de ganas de compartir mi búsqueda.
Porque sé que mis palabras son atolondradas, a veces superficiales, mis análisis vagos y subjetivos y que tengo los cables cruzados. Pero también sé que lo único que tengo es mi Pregunta, y quiero compartirla.
Porque soy la única persona en todo la tierra que está adentro de mis zapatos -mejor dicho de mis medias, nunca me pongo zapatos-, y desde mis ojos se ve todo un universo. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Y a vos qué te parece?