16.7.12

Viva Chañarmuyo

No deja de sorprenderme la capacidad de la vida de llevarnos a lugares insospechables. No hubiera creído nunca a principio de año que iba a conocer personas tan interesantes y llenas de vida como las que encontré, y que una nueva buena amiga iba a proponerme conocer Chañarmuyo, pueblito del norte de la Rioja, que con gente trabajadora y montañas con tantos colores como espinas me enseñó varias cosas.
Cuando escuché de todo el quilombo del Famatina me preocupé un poco, cierto, pero no me interioricé demasiado. Sin embargo viví un par de semanas escuchando a cada paso todos los días el susurro del agua que cae del glaciar que la minería quiere hacer pelota, ví como cada gota de agua en una región tan seca baja de la montaña y se pasea por enfrente de todas las casas de ese pedacito tan lindo de nuestro país.
Ví grafities de gente a favor del emprendimiento minero, cansados de las economías regionales fundidas, pero ví muchos más carteles y banderas queriendo proteger la tierra.
Aprendí a andar en bicicleta tomando en cuenta cada consejo que me dieron -y también porque una amiga de mi amiga ejerció la pedagogía bastante violenta pero motivadora de pegarme cada vez que bajaba el pie del pedal-, y entre pedaleadas en una ruta tranquila una nena que se llamaba Vicky nos contó que en Chañarmuyo no hay secundaria, la más cerca está a ocho kilómetros en el pueblo vecino, Campana. Los chicos van en un colectivo, que hasta hace poco era totalmente subsidiado por el estado. "Hace poco" quiere decir antes de que se quejaran por el atropello que el gobierno planeaba dejar hacer a su tierra y al agua. Ahora, gracias a la diputada Adriana Olima, los chicos se ven obligados a pagar el boleto.
Así fue como en masomenos dos semanas la lucha de los riojanos también se convirtió en la mía, porque la sentí propia. Esta gente es increíble: Mientras que la manga de hijos de puta del estado hace maniobras fraudulentas, amenaza, arma listas negras con nombres de "cabecillas peligrosos" y castiga a los que le hacen frente, todo para ganar plata; los riojanos saben que el agua vale más que el oro, defienden a la tierra, resisten todas las artimañas y le dijeron y le siguen diciendo todos los días BASTA a esos idiotas apatriados.
Desde Buenos Aires a veces todo eso parece muy lejos -y la verdad geográficamente lo está, ese micro tarda mil años- pero si prestamos atención creo que este latido está en todos los argentinos. El Fama no se toca.


1 comentario:

  1. Esa es la eterna lucha de dos fuerzas opuestas... los que preservan y los que destruyen.

    Lo malo es que los que destruyen suelen tener mas recursos que los que preservan, y eso hace mucho daño!

    Saludos!
    Parado en el Abismo

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