26.6.17

Le dije a la preceptora que no tenía tizas y me miró con mala cara

-En esta escuela hay que traerse sus propias tizas... -me dijo.
Me dio vergüenza. Compré unas tizas.
Las tizas que no compraron ni Tagliaferro, ni Vidal, ni Macri.
¿Alguien se los pedirá?

A algunxs les molesta que se hablen tanto de estas cosas. A otrxs les molesta el frío que entra por la ventana tapada por un cartón, el agua que entra por las goteras, las letras que no se ven del todo bien en el gastado pizarrón, los empleadores que se robaron a sus compañeros y compañeras de las aulas, y el futuro gris y desesperanzador. -Y las tizas que no trae la profesora o el profesor-.

No nos van a dejar de ajustar. Pero tampoco nos vamos a dejar ajustar sin patalear.





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