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Un día me pediste descaradamente que te prestara un libro de Crepúsculo a través de la ventana de Haydee. Desde ese punto de no retorno nuestra relación se hizo más fuerte y más fuerte y más y más. Loco que yendo ambas al mismo colegio desde nuestras más inocentes infancias nos fuéramos a conocer después de tantos años... Pero no son pocos los que estamos compartiendo hasta ahora, 3 y pico, y más relevante que el tiempo, no es poca la cantidad de cosas que vivimos. La cantidad de anécdotas contadas en los pasillos, los secretos, y lo que nunca nos contamos y adivinamos una de la otra. Quiero que recuerdes que te adoro Pachu.