1.9.12

Callate y escuchá

-Inspiración proveniente de Pachufrita y la Nous-

La Verdad corre como un ratón escurridizo entre diversos paisajes, mientras la sigo torpemente. Estoy intentando darle con una pala. Tenaz, pero impaciente y violenta, llega un punto en el ineludiblemente que se me acaba el aire. Me doy media vuelta llena de moretones, con dolorosa resignación, hasta que me agarra desprevenida. Aparece, se asoma otra vez con una risita burlona. Entonces vuelvo a empezar la carrera.
En una de mis cacerías al fin me doy cuenta de que esto no está funcionando. Se me viene el mundo abajo: nunca voy a poder tenerla, estoy segura. Es imposible.
Primero intento evadirme, olvidarme del motivo que me impulsa a perseguirla. No es importante, ¿Hay acaso algo importante?¿Hay algo trascendente? Nah, no me importa nada.
Intento convencerme que no la necesito, no la quiero. Me voy lejos intentando escapar a toda pregunta. Pero sabía desde el principio, y ahora lo redescubro, que no puedo escapar.
La compañía del eterno interrogante, viejo amigo, llega a ser insoportable. Pide a gritos que siga, pero sé muy bien que no puedo más.
Me rindo.
Tiro la pala a un costado y abrazo a la pregunta, aunque me quema. No me queda otra, es todo lo que tengo, y aprendí a quererla.
Una luz se prende en mi cabeza en el medio de mi desesperación, porque sí, estoy desesperada.
Callate y escuchá. 
Es mi voz, pero no estoy segura de haberlo dicho. No sé si ese sonido salió de mi, o de afuera. Quizás me lo imaginé...
Pero hago silencio. Suavizo mi respiración. Puedo oír al aire entrando a mi cuerpo, y sorprendida, también escucho a otros. ¡No estaba sola! Ahora puedo sentir como todo respira. Todo vive.
Ya no estoy corriendo, así que abro bien los ojos, me detengo a observar. Qué loco, no solamente hay otros que respiran. También hay otros que miran. Muchas miradas diferentes se topan con la mía.
De algún lado, sin previo aviso, aparece. La Verdad se pasea muy pancha entre nosotros. Es tan luminosa que no puedo verla bien, pero estoy bastante segura que me está sonriendo. Veo su reflejo brillante en otros ojos y le prometo llevarla también conmigo.




Próximamente me compraré unos anteojos de sol.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Y a vos qué te parece?