26.9.12

Good sensation (Aunque casi me mato)

Llegué a la estación de Once contenta con la vida y con la profesora de Textos por enseñarme el principio de no contradicción de Aristóteles (Estudiar filosofía me resulta una buena idea en momentos como este, ¡Todo tiene sentido!), y descubrí que el tren se estaba retirando de la estación.
Así que corrí mientras una de mis canciones favoritas sonaba en mis auriculares, hasta que lo alcancé. En la puerta había dos muchachos trabando la misma esperando que me decidiera en un segundo a pegar un salto con envión y confiar en que me atajarían. ¡Muchas gracias genios! les dije una vez adentro, sin aliento y quizás sobre-entusiasmada. 
Qué buena sensación.


Aunque después me dí cuenta que en realidad estuve un poco suicida. 

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