3.9.14

Basta

No quiero omblilogos disfrazados, quiero diálogos auténticos.
No quiero diminutivos entre dientes, quiero nombres completos con ojos de frente.
No quiero conjuntos de individuos en serie, quiero comunidades.
No quiero soldados atrincherados en sus posiciones y posesiones, quiero personas libres de sí mismas.
No quiero miedos, quiero confianza casi temeraria.
No quiero un sopor mediocre, quiero vigilia y atención.
No quiero ambición, quiero despojo.
No quiero automatismo, quiero búsqueda.
No quiero discursos repetidos, quiero palabras propias.
No quiero conveniencias, quiero corazones.
No quiero pretensiones de grandeza, quiero asumir mi hormiguitez.
No quiero masificación, quiero singularidades y alegría por la alteridad.
No quiero miradas altaneras y manos estirándose desde las alturas, quiero barro en los pies y abrazos.
No quiero silencios esquivos, cómodos o cobardes, quiero sinceridad resuelta y debates llenos de valentía.
No quiero todo lo que queremos, quiero lo que necesitamos.
No quiero desesperanzas, quiero compromisos.
No quiero naturalizar el dolor del otro, ni racionalizarlo, ni explicarlo, quiero hacerme cargo, sufrirlo, acompañarlo -y si se puede atenuarlo-
No quiero reclusiones en el propio ser, quiero apertura al infinito que se asoma en cada cosa y persona, quiero amor.
¡No quiero más verdades herméticas y respuestas rimbombantes! ¡Quiero preguntas risueñas y a una vida que pide ser compartida!



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